Deja su exitosa vida para hacer un viaje caminando alrededor de todo el mundo

Por ERANDI GARCÍA
Una mujer dejó su exitosa vida en su país para emprender un peculiar viaje que haría realidad su sueño.

Esta fue la decisión que tomó una mujer estadounidense llamada Angela Maxwell. Fueen el año 2013 que optó por dejarlo todo para iniciar la aventura más grande de su vida.
Ella no sabía qué la había llevado a emprender ese viaje, pero estaba más que decidida a dar la vuelta al mundo, sola y caminando.
En realidad, esta mujer jamás había considerado iniciar un viaje de tan gran magnitud, hasta que en un curso de arte escuchó hablar sobre un hombre que supuestamente caminaba por todas las partes del mundo.
Contrario a lo que suele suceder, la decisión de Angela no fue producto de una crisis existencial o de momentos difíciles.
Ella tenía 30 años, una amorosa pareja y también un negocio exitoso.
«Pensé que era feliz. Pero, me di cuenta de que estaba buscando algo más… una conexión más profunda con la naturaleza y las personas, viviendo con menos y conectándome con el mundo que me rodea», narró Angela.
La mujer avanzó con paso firme, convencida de que con ello minimizaría su huella de carbono en el planeta.
Podría adentrarse en la naturaleza, conocer gente y otras culturas como no lo podría hacer en un viaje común.
Para realizar su viaje alrededor del mundo, Angela vendió todas sus pertenencias acumuladas, para cambiarlas por una carretilla con 50 kilogramos de equipo para acampar, comida deshidratada, ropa para las distintas estaciones del año y un filtro de agua.
Salió de su natal Oregon el 02 de mayo del 2014, sin saber qué le deparaba el camino.
Aunque su rutina diaria consistía en despertar junto al amanecer para tomar dos tazas de café instantáneo y desayunar un tazón de avena.
Después, se disponía a empacar, caminar, establecer su campamento; comer fideos como cena y pasar la noche en un saco de dormir, cada día fue completamente diferente del otro.
No tenía nada por lo que volver a casa, por eso escuchaba atentamente a todas las personas de distintas culturas con las que se encontraba, deseosa de conocerlos y formar parte de su mundo aunque fuera por un instante o unos pocos días.
“Aprendí que todos tienen una historia que compartir, solo tenemos que estar dispuestos a escuchar”, señala Angela.
Además de conocerse, Angela se ha convertido en fuente de inspiración para otras mujeres y ha ayudado a las personas que encontró. Eso es lo que todos deberíamos hacer para dejar un legado de generosidad sobre el planeta.