Hoy queremos agradecer a todos esos hombres que se armaron de valor para aceptar y amar a quienes se terminarían convirtiendo en sus hijos. Desempeñar el papel de padre no es una tarea sencilla, y mucho menos cuando los hijos con los que compartirás el resto de tu vida, no son de tu sangre.
Este increíble acto de amor merece reconocimiento por su pureza y por el nivel de empatía que requiere. Cuando un hombre acepta criar a un hijo como suyo, le brinda su amor por gusto y no por obligación.
Y aunque es muy triste saber que un padre biológico abandona a sus pequeños, en ocasiones es lo mejor que les puede pasar a ellos, pues en realidad no tiene sentido compartir los momentos más importantes de nuestras vidas con quienes no desean estar en ellas.
Para fortuna de muchos niños, eventualmente llega alguien especial en las vidas de sus mamás, dispuestos a superar expectativas y a convertirse en sus padres. Y aunque no hay un vínculo sanguíneo entre ellos, la relación que crean es inigualable.
Esta relación crece con el paso de los años, con cada logro de sus hijos, con cada gol anotado, con cada festival del día del padre; para ellos este nuevo trabajo se convierte en su favorito y aman saber que están cuidando de sus hijos.
Así que estas palabras van para todos aquellos quienes sanaron la vida de estos pequeños y de sus madres. Para todos aquellos que, a pesar de no ser su responsabilidad, la asumieron con todo el amor del mundo. Para los que pase lo que pase estarán al pendiente de ti. Para quienes decidieron convertirse en padres de una forma distinta.
Si tú tienes uno de estos papás, agradécele. Dile lo mucho que lo amas y lo feliz que eres de saber que forma parte de tu vida. Cuéntale que ha llegado a tu vida cuando más lo necesitabas y pídele que siempre te acompañe en los buenos momentos y en los malos.
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