Conmovedor

Tuvo cáncer al inicio de su embarazo, le dijo NO al aborto y salvó ambas vidas

Ana Beatriz Frecheiro Schmidt tuvo que afrontar una difícil decisión

Le diagnosticaron cáncer de mama en el 2º mes de embarazo. A pesar de la recomendación para abortar, ella escogió la vida. Se sometió a tratamiento corriendo grandes riesgos y hoy puede abrazar a su hija.

‘Bia’, como le dicen sus amigos y familiares, ya tenía un hijo de 11 años, Matheus, y otro de casi 2 años, Daniel. Cuando su hijo menor solo tenía 7 meses, se enteró que sería madre por tercera vez. “Junto con Louise, Dios me mandó fuerza para lo que vendría”, cuenta en un video en Internet.

 

Un día que el pequeño Daniel estaba siendo amamantado de pronto se retiró y no quiso seguir. “Me quedé preocupada, me palpé el seno para ver si había aún salía leche y sentí una bolita” comentó Bia. Justo al siguiente día al salir de hacerse una mamografía y más tarde una biopsia su temor se volvió real

El médico le comentó que había múltiples complicaciones con el cáncer de mama que se estaba formando en ella y su embarazo, por lo que le sugirió que abortara a la pequeña Luise.

“Si no estuviera embarazada, no lo habría descubierto a tiempo y para cuando lo hubiera hecho, ya sería metástasis”, dijo Bia.

 

La reacción de Bia fue rechazar la recomendación de su doctor. “Yo creo en la vida y en el amor. Jamás la sacrificaría para salvarme… Yo no tenía derecho alguno de hacer eso. O vivíamos juntas o moríamos juntas. Yo luché por las dos y sobrevivimos”, concluyó.

La abuela de Bia tuvo el mismo cáncer cuando ella tenía 36 y falleció solo tres años después de su diagnóstico. Debido al historial de su familia, después del nacimiento de su primer hijo, comenzó a hacerse estudios de manera regular.

 

Bia buscó a otro médico después de estar en desacuerdo con el anterior por la sugerencia del aborto. Su nuevo doctor apoyó su decisión y el 15 de agosto del 2017 se realizó una masectomía.

Su embarazo le impedía tomar antiinflamatorios o antibióticos. “Me quité completamente el pecho, los músculos, nervios y vacié la axila. No tomé medicamentos fuertes, y estaba consciente de ello”, cuenta.

 

En sus sesiones de quimioterapia no le dieron nauseas, ella dice que le daban más fuerza “Yo sabía que luchaba por nosotras dos y que necesitaba estar bien para que la quimioterapia no afectara a mi bebé”.

 

Hoy Louise, su pequeña, tiene cerca de un año de vida y una salud totalmente impecable. Bia tiene 32 años y ya no tiene cáncer, su cabello creció de nuevo y ha comenzado la hormonoterapia para impedir que su cuerpo genere celular que desencadenen una nueva enfermedad. “Yo tuve cáncer, pero él nunca me tuvo a mí”, celebra.

Comparte esta historia admirable de esta gran luchadora para que inspire más personas a ser valientes.

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